lunes, 17 de octubre de 2011

diecisietedeocubredeldosmilonce

Todos solemos pedir un deseo al año, al soplar las velas en nuestro cumpleaños. Algunos pedimos más, con las pestañas, en las fuentes, al ver una estrella fugaz... y de vez en cuando, alguno se cumple. Y que pasa entonces, ¿es tan bueno como esperábamos? ¿disfrutamos de nuestra felicidad? O nos damos cuenta de que tenemos una larga lista de deseos esperando a ser deseados. No deseamos lo fácil, deseamos cosas importantes, cosas ambiciosas fuera de nuestro alcance. Deseamos cosas porque necesitamos ayuda, tenemos miedo y sabemos que quizás pedimos demasiado, pero seguimos pidiendo deseos porque a veces se hacen realidad ..

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